martes, 17 de abril de 2012

Alberto Binder, integrante del ILSED disertó en Paraguay

GOBIERNOS DEBEN DESECHAR AUTORITARISMO Y APOSTAR AUNA POLÍTICA DE SEGURIDAD INCLUSIVA

Los Gobiernos progresistas de la región deben generar nuevas estructuras dePolíticas de Seguridad que justamente están impulsando Ministerios de algunos denuestros países. Ya no se puede encarar la criminalidad desde el punto de vistatípico de una democracia autoritaria, sino desde el aspecto de la aplicación deuna democracia inclusiva, incluyendo a la vida social a todos los sectores dela sociedad.
Asímanifestó el Dr. Alberto Binder, integrante del Instituto Latinoamericana deSeguridad y Democracia (ILSED) de la Argentina, durante una charla magistraldada en el marco del Seminario “La Seguridad Pública: Un Fenómeno Complejo y unDesafío Central para los Gobiernos Progresistas”, realizado ayer en el HotelExcelsior.

El Dr.Binder, uno de los principales propulsores de la reforma policial y judicial enBuenos Aires, cuestionó lo que denominó “la industria del miedo” a la que sesometen por lo general los Gobiernos latinoamericanos actualmente. “En estoestán la clase política, los medios de comunicación, que promueven puntos devista negativos, parcializando la realidad”, manifestó.

 “Se debe encarar la pobreza, uno de los factores que provocan violenciasocial, conflictividad. Pero los Gobiernos progresistas no deben temer estaconflictividad. La democracia inclusiva debe ser justamente incluyente en unavida social. Se debe acabar con la postergación y la marginación de ciertosestratos sociales”, explicó.

El expertotambién cuestionó la política represiva de las fuerzas policiales, en lo quedenominó la “criminalidad urbana”. “Las estructuras regulares del crimen buscanganancias con sus delitos. Entonces, crean mercados. No podemos pasarnos capturandoa cada chico que roba un teléfono celular, y olvidar que hay alguien queplanifica un mercado. No puede haber ensañamiento en contra del más pobre, yolvidar el problema principal. Lo mismo ocurre con el narcotráfico y elautotráfico”, explicó.

“Más alláde que la Policía debe investigar caso por caso cada hecho punible, también sedebe tener una visión global de la problemática. Se debe encarar de manera interinstitucional,y con una visión global. 
Uno de losaspectos que se debe crear y fortalecer un sistema de comunicación complejo yeficiente entre fuerzas policiales a nivel nacional y regional, no solo para laejecución de detenciones, sino para intercambio de informaciones para laprevención. Esto implica una planificación con gente nueva, con funcionarioscon ideas nuevas, capacitados, añadió.

Para elDr. Blinder, los Gobiernos progresistas no deben renunciar a una Justiciagarantista. “Se debe asegurar y garantizar las libertades públicas. Laslibertades no son causa de la violencia y de la criminalidad en la sociedad.Esa idea, totalmente errada, debemos desecharlas. Así como se fortalecieron laslibertades públicas, eso se debe mantener y, a la vez, crear políticas paraluchar contra la criminalidad, sin afectar las libertades públicas”,reflexionó.

Elespecialista finalmente insistió en las políticas de prevención desde unMinisterio político que tenga el suficiente liderazgo. “Estas estrategiaspreventivas deben abarcar con urgencia el consumo masivo de alcohol y drogas”,manifestó.

El Dr.Binder igualmente cuestionó a quienes aún reivindican en la región la llamada“Lógica de Doble Pacto”, que implica que la clase política facilita un pacto deconvivencia con la Policía y, a su vez, la Policía inicia un pacto deconvivencia con la delincuencia. Esto no puede seguir así, porque nocorresponde, y porque no funciona y nunca funcionó”, manifestó el Dr. AlbertoBinder.
Elseminario que se realiza en el Hotel Excelsior está organizado por elMinisterio del Interior y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES). Tambiénparticipan como disertantes el ministro del Interior, Dr. Carlos Filizzola, elsociólogo y politólogo José Carlos Rodríguez; y Juan Faroppa, ex viceministrodel Interior del Uruguay.

José Carlos Rodríguez, sociólogo y politólogo, expusotambién en la jornada:

“La Seguridad Pública: Un fenómeno complejo y un desafíocentral para los Gobiernos progresistas” y abordó la problemática de laseguridad en cuanto la gestión de conflictos y la industria del miedo en lasociedad.
Explicó que la seguridad es más que cuidar el orden,implica también gestionar conflictos. Profundizó en el  conflicto de ladelincuencia diciendo que el enfoque tradicional es netamente normativo: ustedviola la ley, se va preso. “Es cierto que hay que empaquetar los idealessociales en forma de leyes, eso se decide y se resuelve en forma jurídica”,indicó Rodríguez. Remarcó que el tema de la delincuencia no puede ser abordadosin una normatividad completa, eficaz, no burocrática, confiable.
En cuanto a las industrias del miedo expuso que hay unlitigio entre las empresas y el Estado, en cuanto al interés del primer sectoren privatizar lo máximo posible, la educación superior, la salud y hasta laseguridad. “Decir que la ciudad es un caos es un buen negocio, el que quiereseguridad que la pague, el que no quiere que se arriesgue. Se compra pan,medicación, y también seguridad. Las industrias del miedo y la propagandaseñalan que estamos en una situación catastrófica, esto vende para ellos yexige un enfrentamiento, una gestión de conflictos en coordinación con elMinisterio del Interior, Hacienda, e instituciones del área social”, dijo.

“En Gobiernos progresistas, el objetivo de la  seguridad es la persona, no el Estado”

El Dr.Juan Faroppa Fontana, ex viceministro del Interior de la República Oriental delUruguay, resaltó esta mañana la diferencia entre el objetivo principal entreuna democracia autoritaria, y los Gobiernos progresistas, en el marco de lapolítica y la filosofía de despliegue de la Seguridad. “Desde una perspectivaprogresista, el objetivo principal de la política en temas de seguridad es lapersona humana, no la seguridad del Estado o de un determinado orden o partidopolítico”, manifestó el Dr. Faroppa.

“Unapolítica progresista debe basarse en acciones simultáneas en tres áreasconcretas, que tengan la misma jerarquía, igualmente importantes: el áreapreventiva, que implica incidir en factores que provocan el delito y laviolencia; el área normativa o legal, o sea, leyes para prevenir y controlar lacriminalidad; y el área operativa o policial – fiscal, que sea de unfuncionamiento eficiente, respetando y reivindicando los Derechos Humanos, conprevención y control de la violencia y el delito”, agregó.

Fue durante una de las charlas magistrales desarrolladas hoy en el marco delSeminario “La Seguridad Pública: Un Fenómeno Complejo y un Desafío Central paralos Gobiernos Progresistas”, realizada en el Hotel Excelsior, y organizada porel Ministerio del Interior y la Fundación Friedrich Ebert Stinftung (FES).
Elespecialista uruguayo insistió en que todo Gobierno que se precie de serprogresista debe cumplir con obligaciones internacionales de garantías yrespeto a los Derechos Humanos. El Estado debe cumplir con el respeto a todapersona humana”, manifestó.

“El queuna persona cometa un delito no quiere decir que no va a tener ningún tipo derespuesta del sistema normativo, ni tenga que ser sometido a debido proceso, oque deba ser sometido a torturas. Ese era el Gobierno represivo, hegemónico, dela mano dura. Ese sistema, ese modelo, históricamente se ha manejado, y noresultó. Aún así, de tanto en tanto tenemos la tentación a volver”, indicó.

El exviceministro uruguayo también se negó al llamado “sistema negacionista”, que aludeuna imposibilidad de solucionar problemas de seguridad respetando los derechoshumanos.

“En elmarco de la perspectiva progresista, es indispensable una mirada hacia los DerechosHumanos para lograr una real seguridad ciudadana. La seguridad humana es uncomponente fundamental del desarrollo humano, y eso implica un cumplimientoestricto de los compromisos internacionales en cuanto a Derechos Humanos”,agregó.

El Dr.Faroppa Fontana insistió en un Gobierno progresista debe buscar que losciudadanos vivan libres de amenazas, de delitos. El Estado debe ser capaz degarantizar y proteger, respetando los Derechos Humanos de todas las personas. “ElEstado debe buscar que la ciudadanía viva libre de violencia de actoresestatales y no estatales”, manifestó.

“LosGobiernos progresistas deben asumir a la vez obligaciones que deben implicargenerar condiciones para la política pública sobre seguridad ciudadana. Estoimplica participación, rendición de cuentas, dimensionar los problemas queoriginan la violencia. El abordaje debe ser integral”, manifestó el disertante.
Fuente:
Departamento de Prensa
Dirección de Comunicaciones del Ministerio del Interior
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